Tú, tú misma y tu negocio
CONTENIDO Mis otoñales ojos estaban llenos de lágrimas. Era un frío martes de octubre, sin embargo, solo notaba el calor de mi nariz y mis mejillas tras la congoja. Una vez más me había puesto el abrigo y empezaba mi día, por lo menos hoy me había dado cuenta de que empezaba. Normalmente solo me …